En cada momento de nuestra vida, en cada acción que realizamos necesitamos a los demás: a nuestra familia, amigos, las personas que nos acompañan. La relación con los demás y la pertenencia a grupos son elementos fundamentales de la persona.
Desde que nacemos nos integramos en grupos, primero la familia, y después elegimos libremente los grupos a los que queremos pertenecer, buscando desarrollar nuestras ilusiones y lo que queremos ser. Aparecen así nuestros amigos, compañeros de estudio, grupos de aficiones, etc.
Es en la adolescencia cuando construimos nuestra identidad mirando al pasado(lo que hemos recibido de la familia y amigos) y mirando al presente y al futuro, donde aparecen las pertenencias por propia elección.
Incluso la ciencia demuestra la dimensión social de la persona. Ciencia y dimensión social
LA FAMILIA, EL PUNTO DE PARTIDA
Nuestros padres nos entregan nuestra constitución fisiológica, pero el cuerpo es la base sobre la que actuarán los elementos educativos que configuran a la persona en todas sus dimensiones.
Con la familia nos descubrimos a nosotros mismos y al mundo. Adquirimos los hábitos que formarán nuestra personalidad, así como los valores y las formas de ver la vida. El grupo familiar es el más importante. Al nacer, dependemos totalmente de la familia, pero con el tiempo esa dependencia disminuye y el vínculo afectivo se mantiene siempre. Un punto difícil en la relación familiar es la pubertad, cuando se buscan las propias opciones personales y en ocasiones aparecen problemas en la integración familiar.
La familia es vital a la hora de educar en valores y virtudes. Familia y valores
LAS AMISTADES
La amistad surge cuando las personas nos relacionamos. En el amigo encontramos el eco de nuestra propia vida, lo que sentimos y vivimos. Nos ofrecen un espacio de confianza y libertad donde poder ser nosotros mismos.
Los amigos nos aportan calidez afectiva, nos acompañan en buenos y malos momentos y con ellos revelamos los más profundo que llevamos dentro. Para conseguir una amistad hay que cuidarla con esfuerzo porque son elemento fundamental en la configuración de la identidad y vida de las personas.
DIMENSIÓN SOCIAL DE LAS PERSONAS
La vida es un regalo, un don que hemos recibido de nuestra familia y en el que han colaborado las personas que han convivido con nosotros. Ese don se pone en nuestras manos para desarrollar un proyecto de vida. Sin los demás no podemos llegar a un auténtico desarrollo personal.
Dios sale a nuestro encuentro para establecer con nosotros relaciones afectivas y espirituales en las que siempre busca lo mejor para nosotros